jueves, 26 de marzo de 2009

FOTOGRAMA POLÍTICO


Pasan los días a una velocidad de vértigo. En el escenario político palmesano, por contraste, todos se mueven con una lentitud propia de una película rodada a cámara lenta. Los actores gesticulan torpemente entre el miedo y la avidez por no tropezar con sus sillones, no vaya a ser que se les vuelquen a destiempo, esperando que el guión se desarrolle lo más despacio posible, temerosos y sabedores que sus márgenes están ya pactados. La Fiscalía hace de comparsa, en un papel dictado por los socialistas, y que se reparte incluso allende esta comunidad balear. Todo está planeado desde la oposición, mucho más inteligente y paciente. La toma de posiciones, al otro lado de la pantalla, no difiere mucho del ritmo impuesto, y los espectadores, sin saberlo, han comprado ya sus entradas para la posible decepción de otro estreno.
Los medios afines a los sociatas apenas atinan al enfocar con sus cámaras a los protagonistas de este metafórico film, que me sirve de excusa para plasmar estas letras. Las suyas, impresas todos los días, retratan difuminadas, como si se tratara de esos grandes carteles que anunciaban antaño las próximas novedades, los verdaderos rostros de los que se esconden entre bambalinas.
Sí, todo avanza con una lentitud que exaspera, mientras el país trata de no hundirse del todo, como si fuera un náufrago que chapotea desesperado en medio del océano, mientras cree divisar a lo lejos los fotogramas borrosos de un barco que se acerca, y que ya va izando la bandera de la esperanza.

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