miércoles, 26 de enero de 2011

EXPATRIARSE NO ES COSA DE TONTOS


El “vente a Alemania, Pepe” vuelve a estar de moda. No se trata empero de un remake de la famosa película, ni de una ingeniosa frase rescatada del olvido por el colectivo adolescente -tan dado a la jerga de registro coloquial-, sino que se ha erigido ahora en una sentencia de casi obligado cumplimiento para muchos españoles.
La misma, acuñada a modo de título en la película que Pedro Lazaga estrenó en 1971, resucita de entre la cruda realidad económica que ha enterrado a nuestro país, ya que miles de jóvenes tendrán que emular a Alfredo Landa para no perecer entre las garras del paro.

Se convertirán así en ese Pepe que en los sesenta se tuvo que marchar al país centroeuropeo con cuatro bártulos en busca de mejores perspectivas laborales. La única diferencia será que ellos llegarán con sus títulos universitarios, con la cabeza muy alta, y además invitados por la canciller Angela Merkel.

El partido de la líder alemana , la Unión Cristiano Demócrata (CDU), ha puesto en bandeja 800.000 empleos cualificados para estos parados tan preparados, detalle éste que recordará la fémina el próximo día tres de febrero a Zapatero, todo ello en el marco de las consultas regulares que se celebran en Madrid entre ambas naciones.
Los acuerdos laborales y de movimiento vigentes entre países de la Unión Europea, jugarán en esta tanda un papel fundamental para la incorporación de jóvenes españoles, todo ello sin tener que volver a cambiar las leyes de inmigración. La propuesta, que por ende se amplía a Portugal, no es en balde: España triplica la tasa mundial en paro juvenil.

Su busca cubrir, entre otros puestos, plazas vacantes para 4.000 ingenieros, 30.000 destinadas a conductores profesionales, 21.000 más en especialistas geriátricos y, por último, 20.000 destinadas a trabajadores especializados en tareas de administración. El ministro de Economía de esos lares, Reiner Brüderle, ha sido tajante, apuntando que se pretende “captar a las mejores cabezas” del panorama internacional sin ningún tipo de cortapisa.

El fenómeno, imparable, se empezó a registrar en este país con empaque en la alborada de 2008. Hasta la fecha han sido ya más de cien mil personas las que han hecho las maletas, sin mirar atrás, con valentía y arrojo, sin amedrentarse por la barrera del idioma. No sólo partieron rumbo a Alemania, país ahora en el foco de muchas aspiraciones aquí frustradas, sino también hacia Reino Unido, Francia e Italia, sin olvidar algunos países latinoamericanos.

La situación española no tiene solución a corto plazo. El presidente Zapatero ha reconocido en las últimas horas, en su comparecencia en la primera sesión de Control al Gobierno, que el paro juvenil es el principal problema social y económico que tiene España, y que “no va a ser fácil” reducirlo. La tasa del 43% de desempleo en este ámbito es harto preocupante, y habla bien a las claras. Expatriarse es, por tanto, y vistas las circunstancias imperantes, cosa de listos, que no de tontos.


Publicado en El Digital de Baleares

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